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julio 29, 2024El amor, ese sentimiento tan universal y a la vez tan personal, ha sido objeto de estudio y reflexión a lo largo de la historia.
Una de las preguntas más recurrentes en torno al amor es si amamos a las personas tal como son, con sus virtudes y defectos, o si, por el contrario, las amamos según el molde que hemos creado en nuestra mente, idealizando ciertas características y minimizando otras.
El amor idealizado vs. el amor real
En muchas ocasiones, el amor que sentimos al inicio de una relación se encuentra teñido de idealización.
Proyectamos en la otra persona cualidades que deseamos o necesitamos, creando una imagen perfecta que puede ser muy diferente de la realidad. Este amor idealizado puede ser muy intenso y apasionado, con una duración moderada (alrededor de los primeros dos años), pero también es frágil y puede desmoronarse cuando la realidad se impone.
Por otro lado, el amor real implica aceptar a la otra persona en su totalidad, con sus luces y sus sombras. Significa reconocer y valorar sus diferencias, así como sus cualidades. Es un amor más maduro y estable, que se construye sobre la base del respeto mutuo y la confianza.
¿Por qué tendemos a idealizar?
Idealizamos a alguien en la medida en que buscamos su aprobación y validación, lo que nos hace sentir más seguros y queridos.
La idealización también puede ser una forma de evitar la intimidad emocional, ya que al mantener una imagen perfecta de la otra persona, no tenemos que enfrentarnos a sus imperfecciones.
Y, aunque parezca demasiado, la realidad es que los cuentos de hadas, las películas románticas y las canciones de amor suelen presentar historias de amor idealizadas que influye en nuestras expectativas sobre las relaciones.
Pero idealizar a una persona puede tener consecuencias profundamente negativas para la relación, tales como:
Frustración: Cuando la realidad no coincide con la imagen idealizada, surge la frustración y la decepción.
Conflictos: Las expectativas irreales pueden generar conflictos y resentimientos en la pareja.
Dificultad para aceptar al otro: La idealización dificulta la aceptación de las diferencias y de los cambios que se producen en la relación.
El amor es aceptación
Para construir relaciones sólidas y duraderas, es fundamental aprender a amar a las personas tal como son.
Esto implica aceptar las diferencias, entendiendo que cada persona es única y tiene sus propias características y formas de ser.
También es importante comunicarnos de forma abierta y honesta, expresar nuestros sentimientos y necesidades de manera clara y respetuosa es esencial para fortalecer el vínculo.
Y entender que hay que trabajar en la relación. Las relaciones requieren esfuerzo y compromiso por parte de ambos miembros de la pareja. No sirve esperar a que el otro haga todo. Los pequeños cambios o sacrificios deben ser de ambas partes.
Si bien es normal sentir atracción por ciertas cualidades en otra persona, es importante recordar que nadie es perfecto.
Amar implica aceptar a la otra persona en su totalidad, con virtudes y defectos. Al hacerlo, estamos construyendo relaciones más auténticas, profundas y satisfactorias.
Si sientes que has idealizado a tu pareja y necesitas apoyo para lograr amar de forma más real, puedo acompañarte a construir lazos más fuertes y responsables.
Con cariño,
María Luisa Cuenca




