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El amor es una fuerza poderosa que puede motivar, sanar, y transformar.
Mas no todas las formas de amor son iguales. Existe una diferencia significativa entre amar por deseo y amar por necesidad, y comprender esta distinción es crucial para construir relaciones más saludables y satisfactorias en tu vida.
¿Qué significa amar por necesidad?
Amar por necesidad surge de un vacío interno, de una sensación de carencia que buscamos llenar a través de la conexión con otra persona. En este tipo de amor, la pareja se convierte en un refugio o un bálsamo para nuestras inseguridades y miedos más profundos.
Este tipo de relación se caracteriza por la dependencia emocional, donde el bienestar de uno depende en gran medida del otro, un acto peligroso y alejado del amor afectivo y el bienestar personal.
El amor por necesidad suele estar marcado por el miedo a la pérdida, por la ansiedad de no ser suficiente, y por una constante búsqueda de validación externa. La relación se convierte en un espacio donde las propias inseguridades se proyectan y donde el temor al abandono puede llevar a comportamientos posesivos o a un apego desmedido.
Reconocer el amor por necesidad es crucial para evitar caer en patrones de dependencia que, a largo plazo, pueden erosionar la relación y la propia autoestima. Este amor, aunque intenso, suele estar acompañado de sentimientos de insatisfacción, ya que la fuente del amor no es la plenitud interna, sino una carencia que nunca parece llenarse por completo.
Las relaciones basadas en la necesidad tienden a ser inestables, ya que están construidas sobre la base de expectativas irrealistas y la esperanza de que el otro nos haga sentir completos. Esta dinámica puede generar un ciclo de decepción y resentimiento, ya que ninguna persona puede cargar con la responsabilidad de llenar los vacíos emocionales de otra.
Amar desde el deseo
Por otro lado, amar por deseo es una forma de amor que nace desde la plenitud interna, desde el reconocimiento y la aceptación de uno mismo y del otro. En este tipo de amor, la relación no se basa en lo que falta, sino en lo que se comparte. Amar por deseo implica elegir a la otra persona no porque la necesitemos para ser felices, sino porque queremos compartir nuestra felicidad con ella.
Este amor se caracteriza por el respeto mutuo, la autonomía y el compromiso de crecer juntos, sin que ninguno de los dos sienta que su identidad está en riesgo.
Esto no significa que la relación vaya a estar exenta de desafíos, pero estos se abordan desde una base de seguridad emocional y confianza mutua. En este tipo de amor, no buscamos al otro para que nos complete, sino para que nos acompañe en nuestro camino, compartiendo experiencias, sueños y crecimiento personal.
El deseo aquí no se refiere únicamente al deseo físico o sexual, sino a un deseo más profundo de conexión, de compartir la vida con alguien que valoramos y respetamos en su totalidad. Este tipo de amor fomenta la independencia emocional, donde ambos miembros de la pareja cultivan, mantienen y dejan florecer su individualidad mientras construyen una vida compartida.
Aprender a amar por deseo implica un trabajo interno profundo, donde se exploran y sanan las heridas emocionales que nos llevan a buscar el amor desde la necesidad. Este proceso requiere auto-reflexión, honestidad y, a menudo, la disposición de trabajar en uno mismo antes de poder establecer una relación verdaderamente sana. Es un viaje hacia el autoamor, donde aprendemos a ser felices con quienes somos, a validar nuestras propias emociones y a no depender exclusivamente de la pareja para nuestra realización personal. Al hacerlo, nos liberamos de la presión de encontrar en el otro lo que debemos cultivar dentro de nosotros mismos.
Conocerte para elegir mejor
Este cambio de enfoque, de amar por necesidad a amar por deseo, no ocurre de la noche a la mañana, y requiere un trabajo personal grande y profundo, pero es un paso fundamental hacia relaciones más equilibradas y satisfactorias. Requiere desaprender patrones de apego disfuncionales y desarrollar una comprensión más profunda de nuestras propias necesidades emocionales.
Y por la dificultad del viaje, te digo que no tienes por qué hacerlo solo. Como terapeuta, estaría complacida de acompañarte a trabajar en tu propia seguridad y bienestar emocional, para que puedas amar desde un lugar de abundancia en lugar de carencia. Este amor es más duradero y resistente, ya que no depende de factores externos, sino de una conexión genuina entre dos individuos completos.
Amar por deseo nos libera de las cadenas del miedo y la inseguridad, permitiéndonos construir relaciones basadas en la libertad, el respeto y la verdadera conexión emocional. Nos permite experimentar el amor en su forma más pura, no como una necesidad desesperada de ser completados, sino como una elección consciente de compartir nuestra vida con alguien que valoramos y respetamos profundamente.
Este amor es el que nos permite ser más felices, ya que no está atado a expectativas imposibles ni a la necesidad de control, sino a un deseo genuino de compartir la vida desde un lugar de plenitud y autenticidad.
Aprender a amar por deseo es un viaje hacia la madurez emocional, donde dejamos de buscar en el otro lo que necesitamos encontrar en nosotros mismos. Es un acto de autoamor y de respeto hacia la otra persona, que nos permite construir relaciones más sanas, equilibradas y, en definitiva, más felices.
Si quieres elegir la plenitud y el amor desde el deseo, para construir relaciones sanas y duraderas, cuenta conmigo para guiarte en tu travesía interna. Juntos podemos identificar y sanar tus heridas, para que logres construir la felicidad desde ti mismo.
Desde el respeto y amor,
María Luisa Cuenca




