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A lo largo de la práctica clínica, es frecuente encontrarse con personas que, aún reconociendo que una relación les causa malestar o ha dejado de ser funcional, no logran soltarla.
Vuelven una y otra vez a un vínculo que ya no les aporta bienestar, sosteniéndolo a través de explicaciones emocionales, racionalizaciones o esperanzas futuras que rara vez se concretan.
Este fenómeno no siempre tiene que ver con el amor, sino con la forma en que el apego, la historia personal y los temores internos se entrelazan en nuestra vida afectiva.
La comodidad de lo conocido
Una de las principales razones por las que se sostiene una relación disfuncional es la familiaridad. Incluso cuando hay sufrimiento, el vínculo conocido ofrece una sensación de estabilidad: se sabe qué esperar, cómo actuar, cuál es la dinámica.
El cambio, en contraste, implica incertidumbre. Y para muchas personas, esa incertidumbre es más amenazante que el malestar cotidiano.
Además, existen estructuras internas que dificultan la ruptura:
- Miedo a la soledad.
- Inseguridad económica o social.
- Culpa por «fallar» o desarmar la familia.
- Esperanza persistente de que la otra persona cambie.
Es importante comprender que estas motivaciones no son signo de debilidad, sino de procesos internos no resueltos que necesitan ser abordados con acompañamiento profesional. |
La fantasía del cambio
Otro obstáculo para soltar un vínculo insano es la fantasía de transformación: creer que con suficiente amor, paciencia o sacrificio, el otro eventualmente cambiará. Esta esperanza puede tener raíces profundas en modelos vinculares tempranos, donde el amor estaba condicionado o era inconstante.
«Desde esta lógica, se repite una historia emocional conocida: se intenta “ganarse” el afecto, se sobrevive con migajas, se aguanta con la expectativa de que algún día todo encajará».
Sin embargo, esta espera suele sostenerse más en una necesidad de reparación personal que en una evaluación realista del vínculo presente.
La dependencia emocional y el miedo a empezar de nuevo
La dependencia afectiva no siempre se presenta con rasgos visibles. Puede expresarse como la dificultad para imaginar una vida autónoma, para tomar decisiones sin validación externa o para sostenerse emocionalmente sin la presencia del otro.
En estos casos, el proceso de separación no solo implica una ruptura externa, sino una reconfiguración profunda del yo: asumir nuevos roles, enfrentar cambios económicos, hacerse cargo de la crianza en solitario si hay hijos, y reconstruir la identidad fuera de la pareja.
Todo esto genera temor, y es natural que así sea. Pero ese temor no tiene por qué traducirse en inmovilidad.
¿Cómo comenzar a soltar?
Salir del ciclo de apego disfuncional no se trata simplemente de “tomar valor” o de una decisión impulsiva. Se trata de un proceso terapéutico que requiere tiempo, contención y mucha honestidad interna. Algunas claves para comenzar son:
- Revisar la historia personal de vínculos: ¿Qué aprendí sobre el amor en mi infancia? ¿Qué modelos repito?
- Reconocer los costos emocionales del vínculo actual: ¿Qué parte de mí se está apagando para sostener esta relación?
- Diferenciar el deseo del miedo: ¿Quiero seguir o temo irme?
- Imaginar un futuro sin esa persona: ¿Qué me genera? ¿Qué necesitaría para sostenerme en esa nueva etapa?
Terapia no es solo hablar del otro; es entender por qué me quedo, qué necesito reparar y cómo puedo empezar a elegirme de verdad.
Cerrar ciclos no es un acto de rechazo, sino de amor propio
Aferrarse a un vínculo que no nos cuida no garantiza compañía ni estabilidad. A menudo, solo prolonga el duelo, posterga el crecimiento y alimenta una narrativa interna de carencia.
«Soltar no es abandonar. Es reconocer que el amor, para ser sano, no puede basarse en el sacrificio constante ni en la esperanza de que el otro se transforme».
Si estás atravesando esta experiencia, buscá acompañamiento profesional. No estás sola. No estás solo.
Y lo que hoy te parece un abismo, con ayuda, puede convertirse en el inicio de una nueva etapa más plena y auténtica.
¿Te gustaría que trabajemos juntos esta temática en consulta? Estoy para acompañarte.
María Luisa Cuenca
@marilupsico
+54 9 11 2773-8743
marilupsico27@gmail.com