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Por qué me aferro a una relación
junio 2, 2025Como psicóloga, recuerdo perfectamente esos momentos incómodos cuando un posible paciente preguntaba por mis honorarios. Me temblaba la voz, me anticipaba a ofrecer descuentos y, en muchas ocasiones, terminaba cobrando precios muy por debajo de mi valor profesional. Incluso llegué a dar consultas gratuitas, creyendo que era lo «correcto» para alguien dedicado a ayudar a otros.
Si te sientes identificado con esta experiencia, quiero que sepas que no estás solo. Esta resistencia a cobrar por nuestros servicios es más común de lo que imaginamos entre los profesionales de la salud mental, y tiene raíces profundas en creencias sociales que hemos internalizado.
El origen de nuestra relación conflictiva con el dinero
La sociedad nos ha enseñado a mantener una mentalidad de carencia disfrazada de «humildad». Crecimos escuchando que es malo desear dinero, que los profesionales del área de salud no deberían priorizar ni poner el foco en lo económico, y que sentir culpa o vergüenza por tener una buena posición financiera es normal y hasta virtuoso.
«Estas creencias limitantes no solo nos afectan a nosotros, sino que también condicionan a nuestros pacientes».
Si no trabajamos nuestras propias resistencias al dinero, terminamos limitando las aspiraciones de quienes buscan nuestra ayuda, proyectando nuestras propias limitaciones financieras en su proceso terapéutico.
Mi experiencia: del sector público al crecimiento profesional
Durante mis primeros cinco años como empleada en servicios gubernamentales, evaluando tanto privados de libertad como víctimas de delitos, aprendí muchísimo en la práctica clínica. Sin embargo, económicamente tenía un tope que me mantenía en constante insuficiencia financiera.
El cambio llegó cuando comencé a trabajar en una empresa privada de psicología reconocida en Latinoamérica. Allí pude ganar en moneda extranjera, atender más pacientes y desarrollar mis habilidades gerenciales hasta convertirme en directora internacional del departamento de psicología. Esta experiencia me mostró que era posible combinar la vocación de servicio con el crecimiento económico.
Reconoce tu verdadero valor
Como psicólogos, brindamos un servicio invaluable a la sociedad. La terapia salva vidas. En tus manos está la posibilidad de sanar personas, de transformar realidades, de devolver la esperanza.
«Este no es un trabajo cualquiera, y tu formación, experiencia y dedicación merecen ser valoradas económicamente».
Piénsalo así: cuando tienes un dolor físico y acudes a un médico especialista, pagas por su consulta sin cuestionarlo. ¿Por qué? Porque valoras su conocimiento y su capacidad para aliviar tu sufrimiento. El dolor emocional y mental no es menos importante, y tu capacidad para sanarlo tampoco debería serlo.
Tener una buena relación con el dinero no significa cobrar precios exorbitantes. Se trata de establecer honorarios justos que reflejen tu valor profesional y te permitan cubrir tus necesidades mientras sigues creciendo.
El equilibrio entre vocación y abundancia
La actitud comercial habla de ti y por ti. No se trata de vender por vender, sino de adaptarte a una relación armoniosa con el dinero que te permita vivir dignamente mientras contribuyes a la sociedad.
Tu trabajo es una contribución invaluable, pero también debes verte a ti mismo como una marca profesional que merece prosperidad. Para lograrlo, es fundamental:
- Trabajar tu relación personal con el dinero
- Sanar las heridas de carencia que cargas
- Fijar precios justos por períodos específicos
- Crear sistemas de pago eficientes
- Innovar constantemente en tu oferta de valor
Un proceso de sanación personal
Reconocer y transformar nuestra relación con el dinero es un proceso profundo que requiere trabajo interno. Como profesionales de la salud mental, sabemos que para ayudar efectivamente a otros, primero debemos sanar nuestras propias heridas.
En mi mentoría «Sanar con éxito«, donde acompaño a psicólogos a iniciarse y consolidarse en su carrera profesional, dedico un módulo completo a este tema. Considero fundamental que antes de ayudar a otros, sanemos esa herida que nos hace creer que no podemos ser excelentes en lo que hacemos Y ser abundantes al mismo tiempo.
Es hora de cortar con esa disputa interna con el dinero, de dejar de creer que el dinero es intrínsecamente malo. Es momento de replantearnos nuestra relación con nuestras finanzas y entender que la prosperidad económica y la vocación de servicio no solo pueden coexistir, sino que se potencian mutuamente.
Cuando sanamos nuestra relación con el dinero, no solo mejoramos nuestra calidad de vida, sino que nos convertimos en mejores terapeutas, capaces de acompañar a nuestros pacientes hacia una vida más plena y próspera en todos los aspectos.
El camino hacia la reconciliación con el dinero es también un camino hacia la libertad profesional y personal. Porque mereces vivir abundantemente mientras transformas vidas.
Estás a un mensaje de acceder a una mentoría con 6 módulos, que te brindará las herramientas necesarias para que ganes confianza en tu trabajo, estructures sesiones efectivas, desarrolles un método profesional que te permita ejercer la psicología y logres tu independencia financiera.
¿Empezamos? ¡Un clic aquí y arrancamos!
Tu amiga,
María Luisa Cuenca
@marilupsico
+54 9 11 2773-8743
marilupsico27@gmail.com