
Reconciliaciones: Elegir sabiamente para sanar y crecer
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febrero 24, 2025Como psicóloga, he pasado años estudiando las complejidades del amor, las rupturas y las reconciliaciones.
Y te quiero contar que durante ese proceso, también viví mi propia historia de separación y reconciliación. Yo volví con mi ex, pero no fue un retorno impulsivo ni un mero capricho del destino. Fue una decisión consciente, tomada en el momento en que me sentí verdaderamente lista para construir algo nuevo y diferente.
En un principio, nuestra relación estaba marcada por conflictos, heridas y patrones que no nos permitían avanzar. Ambos nos vimos atrapados en viejos modos de relacionarnos, en creencias que, lejos de ayudarnos, nos hacían daño.
«Con el tiempo, entendí que la reconciliación no era simplemente volver a lo que habíamos sido, sino reinventarnos, sanar y construir mejores condiciones para amar de verdad».
Este proceso de reconstrucción implicó primero un profundo trabajo personal. Me enfrenté a mis propios miedos, mis inseguridades y, sobre todo, a la necesidad de dejar atrás las expectativas irreales. Aprendí a establecer límites claros, a comunicar mis necesidades sin temor y a priorizar mi bienestar.
No fue fácil, y hubo momentos de gran incomodidad, pero cada paso me acercaba a la versión de mí misma que estaba lista para un amor basado en el respeto y la autenticidad.
También comprendí que volver con alguien no se trata de revivir el pasado, sino de crear un nuevo presente.
Es fundamental tener en cuenta que no con cualquier persona se puede retomar una relación; ambos deben haber trabajado en sus propias heridas y estar dispuestos a establecer nuevas dinámicas.
En mi caso, decidí regresar a esa relación cuando ambos habíamos adquirido las herramientas necesarias para enfrentar los conflictos de forma diferente. Con el tiempo, la terapia, la auto-reflexión y el esfuerzo constante me ayudaron a ver que el amor verdadero no se basa en la ausencia de problemas, sino en la capacidad de resolverlos juntos desde una postura de crecimiento y compasión.
«Volver fue, en esencia, un acto de amor propio y de compromiso con mi felicidad. Me di cuenta de que el amor no es algo que se da por sentado, sino una construcción diaria en la que se combinan el autoconocimiento, el respeto hacia uno mismo y la disposición a crear un vínculo más sano».
Establecer límites, trabajar en mis emociones y aceptar mis imperfecciones me permitió abrir la puerta a una relación renovada, donde ambos aprendimos a amarnos de forma más consciente y sincera.
Esta experiencia me enseñó que el verdadero cambio en una relación ocurre cuando nos atrevemos a dejar atrás los viejos patrones y abrazamos nuevas formas de conectar. No se trata de negar lo que fuimos, sino de evolucionar hacia lo que podemos llegar a ser juntos.
Así, el amor se transforma de ser una mera idealización en una experiencia viva, llena de compromiso, empatía y, sobre todo, libertad.
Si estás considerando retomar una relación o simplemente te encuentras en un proceso de sanación tras una ruptura, recuerda que la reconciliación, ya sea contigo mismo o con otro, debe nacer desde la autenticidad y el crecimiento personal.
Volver solo tiene sentido cuando ambos están dispuestos a construir un nuevo camino, basado en mejores condiciones, en límites saludables y en el deseo genuino de amar sin repetir errores.
Porque, al final, la verdadera fuerza del amor radica en la capacidad de reinventarse, de aprender de lo vivido y de tomar decisiones conscientes que te acerquen a la felicidad.
Ya sabes que mi experiencia y proceso están a tu disposición, para encontrar juntos una forma de descubrir qué es lo que realmente necesitas y deseas.
Con amor,
María Luisa Cuenca
@marilupsico
+54 9 11 2773-8743
marilupsico27@gmail.com